viernes, 2 de octubre de 2020

El Cabildo levanta la prohibición de las quemas agrícolas, pero no hay que bajar la guardia hasta que lleguen las lluvias y mantiene su dispositivo

El Cabildo de Gran Canaria levanta las prohibiciones relativas a las quemas agrícolas y forestales por la época de peligro alto de incendios, medidas que también impedían el uso de barbacoas portátiles, los fuegos artificiales y cualquier artefacto que contenga fuego en zonas de riesgo, si bien advierte que no hay que bajar la guardia hasta que lleguen las lluvias y mantendrá su dispositivo de 240 personas, vehículos y los dos helicópteros hasta el 30 de octubre.

La normativa que regula las restricciones permite al Cabildo ampliar su periodo de aplicación más allá del 30 septiembre, pero la entrada del alisio y el descenso de la temperatura, así como la subida de la humedad que este régimen de vientos trae consigo han motivado su levantamiento en la fecha inicialmente prevista, siempre que se cumplan las medidas de precaución en cada caso.

De cualquier manera, las restricciones se volverán a establecer en caso de declaración de alerta por riesgo de incendio, lo que no solo activa automáticamente las mismas prohibiciones, sino que se amplían al empleo de radiales, motosierras, equipos de soldadura y desbrozadoras, así como al carboneo y a la utilización de fuego en la apicultura.

Asimismo, el Cabildo subraya que las quemas agrícolas y forestales están sujetas a la concesión de permisos y que tampoco podrán llevarse a cabo si la temperatura se eleva por encima de los 27 grados, el día es extremadamente seco o si la velocidad del viento supera los 25 kilómetros por hora.

Los titulares de los permisos de quema también están obligados a establecer cortafuegos de al menos 2 metros de ancho y a contar con agua y presión suficiente cerca de los puntos de quema, faena que no deberá acometerse en ningún caso antes de la salida del sol y habrá de terminar cuando falten como mínimo dos horas para que anochezca, sin que puedan abandonar la vigilancia de la zona quemada hasta que el fuego esté completamente extinguido.